Las tarjetas de crédito no tienen por qué acabar costando la tierra. Siempre y cuando pueda mantener sus gastos bajo control y pueda pagar su factura mensual en su totalidad cada mes, su tarjeta de crédito probablemente no le costará nada.
Pagando facturas de la tarjeta de crédito
Cada compra que haces con tu tarjeta de crédito tiene un período libre de intereses de entre cincuenta y sesenta días. Este es el tiempo entre el momento en que usted hace la compra y el momento en que las compras aparecen en su próxima factura mensual. Siempre y cuando lo pague en la primera factura, no habrá intereses ni cargos de financiamiento por la compra.
Sin embargo, si no logra pagar la compra en la primera factura en la que aparece, entonces comenzará a incurrir en intereses y cargos de financiamiento. En las tarjetas de crédito, el interés se cobra mensualmente, no anualmente.
Además, además de los intereses y los cargos de financiamiento, las tarjetas de crédito también le pueden costar en otros cargos. Probablemente el cargo más común en el que la gente incurre con las tarjetas de crédito son los cargos por intereses, cuando se vuelven incapaces de pagar el saldo total cada mes y, en su lugar, permiten que el saldo se transfiera al mes siguiente.
Pero los cargos por pago atrasado son otra forma en que las tarjetas de crédito terminan costando a la gente más de lo que se habían imaginado. Siempre debe leer atentamente el contrato de la tarjeta de crédito para averiguar cuánto serán los cargos de penalización y los cargos si no realiza todos sus pagos a tiempo.
Algunas tarjetas de crédito incluso alteran la tasa de interés que se le cobra si no hace los pagos. Por ejemplo, si usted tiene una tarjeta de crédito que cobra una tasa de porcentaje anual del diez por ciento, y no hace un pago, los términos de su acuerdo pueden estipular que la tasa de interés se incremente a una tasa más alta, por ejemplo, el veinticinco por ciento.
Otra forma en que las tarjetas de crédito pueden terminar cobrándole más de lo que esperaba es si viaja al extranjero. Una de las principales ventajas de una tarjeta de crédito es que se puede utilizar en el extranjero cuando se viaja.
Sin embargo, muchas compañías de tarjetas de crédito cobran altos cargos de carga por las compras que usted hace en el extranjero. No sólo le cobrarán sus comisiones de cambio de divisas, sino que también le cobrarán un porcentaje de la transacción como otra comisión.